Reseña de The housemaid: Sydney Sweeney y Amanda Seyfried brillan en un thriller desigual pero divertido

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Nader Castillo

diciembre 16, 2025

Abrir las puertas de tu casa a alguien siempre implica vulnerabilidad. Esa tensión es el motor de The housemaid, dirigida por Paul Feig, que recuerda a clásicos como La mano que mece la cuna. La película mezcla misterio, erotismo y giros inesperados, ofreciendo momentos campy y sexys que la convierten en una experiencia irregular pero entretenida.

The housemaid es un thriller que alcanza su mejor versión cuando abraza el exceso y la locura campy

De qué trata la película
La historia sigue a Millie (Sydney Sweeney), una joven con un pasado complicado que acepta trabajar como criada interna para una familia adinerada: Nina (Amanda Seyfried), Andrew Winchester (Brandon Sklenar) y su hija Cecelia (Indiana Elle). Lo que parece un paraíso pronto se convierte en un entorno lleno de secretos y tensiones, donde Millie se ve atrapada en una situación cada vez más peligrosa.

Un thriller que se transforma con un giro inesperado
La primera mitad de la película construye la tensión lentamente, con momentos extraños que complican la vida de Millie. La atracción sexual entre ella y Andrew aporta un aire de thriller erótico clásico. Sin embargo, todo cambia con un giro narrativo que transforma la historia en un espectáculo desbordado y campy, con violencia y humor negro. Es en esa segunda mitad donde la película alcanza su mejor nivel.

El giro convierte a The housemaid en una aventura salvaje, con un final espectacular y memorable

Las actuaciones
Sydney Sweeney: ofrece una interpretación irregular al inicio, pero brilla en la segunda parte con intensidad y credibilidad.

Amanda Seyfried: impecable de principio a fin, mostrando versatilidad y un gran dominio en el acto final.

Brandon Sklenar: aporta fuerza y química al reparto, elevando la tensión cuando es necesario.

La química entre los actores es caótica pero encantadora, lo que refuerza el atractivo campy del filme.

Un final glorioso para una película desigual
Aunque el ritmo inicial es lento y la exposición excesiva, el desenlace compensa con uno de los finales más entretenidos del año. La película se siente dividida en dos mitades muy distintas: una primera parte pesada y una segunda parte explosiva, sexy y disparatada.

The housemaid no es perfecta, pero su desenlace campy y sus interpretaciones hacen que valga la pena

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