La Odisea de Christopher Nolan podría romper por fin una de sus tendencias más cuestionadas

Christopher Nolan es, sin discusión, uno de los grandes visionarios del Hollywood contemporáneo. Sus películas no solo destacan por su ambición técnica, sino por ser experiencias inmersivas que empujan al público a volver a las salas de cine. Tras el enorme impacto de Oppenheimer, su próximo proyecto, The Odyssey, apunta a convertirse en otro hito dentro de su filmografía. Pero más allá del espectáculo, esta adaptación prevista para 2026 podría marcar un cambio significativo en un patrón narrativo que ha acompañado al director durante años.

Al revisar la obra de Nolan, resulta evidente una constante: protagonistas masculinos impulsados por la pérdida o el sufrimiento de una pareja femenina. Desde Memento, donde la muerte de la esposa motiva toda la trama, hasta Inception, Interstellar o The Prestige, el dolor ligado a una figura femenina se convierte en el motor emocional del héroe. Existen excepciones, como Dunkirk, que prescinde casi por completo de personajes femeninos, o Tenet, donde el conflicto se expresa de otra forma, pero el punto de vista sigue siendo marcadamente masculino.

Incluso en Oppenheimer, aunque no hay una esposa fallecida, sí existe una figura romántica trágica cuya muerte deja huella en el protagonista. Este recurso no es exclusivo de Nolan, pero se repite con tal frecuencia que se ha vuelto una de las críticas más recurrentes a su cine. The Odyssey le ofrece, por primera vez, la oportunidad de alejarse de ese esquema sin traicionar la esencia de la historia.

Durante años, el cine de Nolan ha construido grandes relatos desde la pérdida masculina, pero La Odisea le ofrece un marco narrativo donde la fortaleza femenina no nace de la tragedia, sino de la resistencia y la espera consciente.

Penélope, una excepción clave en La Odisea

Al adaptar el poema épico de Homero, Nolan no puede apartarse demasiado del material original, y eso juega a favor de sus personajes femeninos. La historia sigue a Odiseo, rey de Ítaca, interpretado por Matt Damon, en su largo y accidentado regreso a casa tras la guerra de Troya. Durante veinte años de ausencia, su esposa Penélope, a quien dará vida Anne Hathaway, enfrenta sus propias pruebas sin convertirse en una figura pasiva o derrotada.

Penélope no es presentada como una mujer trágica, sino como un símbolo de resistencia. Rodeada de pretendientes que asumen la muerte de Odiseo, ella se mantiene firme, convencida de que su esposo regresará. Su famosa estrategia del telar, tejiendo de día y deshaciendo el trabajo por la noche para evitar un nuevo matrimonio, la convierte en una de las figuras femeninas más astutas y fuertes de la mitología clásica.

Este planteamiento contrasta de forma directa con otros relatos épicos de la Antigua Grecia. Agamenón regresa a casa solo para ser asesinado por su esposa como venganza, y Aquiles nunca logra volver del campo de batalla. La Odisea, en cambio, coloca la fidelidad mutua y la perseverancia en el centro de su relato.

Penélope no solo sobrevive al paso del tiempo y a la presión social, sino que se convierte en el eje moral de la historia, demostrando que la espera también puede ser un acto de poder y determinación.

Un cambio narrativo dentro del cine de Nolan

La historia de The Odyssey no pierde épica ni violencia por este enfoque. El viaje de Odiseo está lleno de obstáculos, criaturas míticas y castigos divinos que retrasan su regreso durante años. La acción, el peligro y el sacrificio siguen siendo elementos fundamentales, y Nolan tiene un amplio terreno para desplegar su estilo visual y narrativo.

La diferencia clave es que, al final del camino, no espera una tragedia femenina que impulse el clímax emocional, sino una reunión construida desde la fidelidad y la fortaleza compartida. Incluso los pretendientes de Penélope enfrentan un destino violento, lo que asegura un tercer acto intenso y cargado de tensión.

Esta adaptación permite a Nolan contar una gran epopeya sin recurrir al sacrificio femenino como detonante emocional, ofreciendo por fin un relato donde las mujeres sobreviven, resisten y forman parte activa del triunfo final.

The Odyssey parece hecha a la medida del director: una historia ambiciosa, compleja y llena de simbolismo. Pero, además, representa la oportunidad de demostrar que su cine puede evolucionar sin perder identidad, incorporando personajes femeninos que no solo existan para sufrir, sino para resistir y prevalecer.