Ana de Armas habla sobre la polémica de Blonde

La nominada al Oscar a la mejor actriz Ana de Armas confiesa su primera reacción ante el “impactante” guión de Andrew Dominik y la respuesta divisiva al biopic de Marilyn Monroe: “Por muy duro que sea oír que a la gente no le gusta tu película, es lo que hay”.

El casting de Ana de Armas para Blonde fue un riesgo intrigante desde el principio; incluso ella misma lo dice: “Era contra todo pronóstico que una actriz cubana fuera a interpretar a Marilyn Monroe”. Si a eso le añadimos la naturaleza del guión del guionista y director Andrew Dominik -adaptado de la novela de Joyce Carol Oates, que no rehúye la especulación ni los aspectos más oscuros y violentos de la vida de Monroe-, la película estaba destinada a causar revuelo.

Cuando Blonde se estrenó en el Festival Internacional de Cine de Venecia el verano pasado, la película, clasificada NC-17, se llevó una ovación de pie de 14 minutos, aunque la recepción de la película desde entonces ha sido decididamente más polarizada. Algunos críticos y espectadores han criticado las libertades creativas de la película con respecto a la historia de Monroe, incluidas escenas de agresión sexual y violencia gráfica. Sin embargo, de Armas ha sido aclamada como una artista excepcional, como demuestra su primera nominación al Oscar por su papel.

“Puedo saber muy pronto cómo será el ambiente en el plató porque, para mí, todo se reduce al director, a la energía del director y a cuánto confían unos en otros. Con Andrew, por suerte, tuvimos nueve o diez meses de preparación. Llegamos a conocernos muy bien. Tenemos una verdadera amistad. Hay una armonía en nuestra forma de comunicarnos. Eso hizo que todo fuera muy fácil y transparente. Esas escenas a veces parecen más duras para el público que lo que realmente ocurre en el plató, porque puedo decírtelo: El ambiente en el set era muy agradable. Y todo el mundo se lo pasaba muy bien porque son ambientes muy creativos. Todo el mundo sentía que estaba dando lo mejor de sí mismo, haciendo lo que más le gusta. Me preocupaba más la parte mental que la física. Creo que mi primera escena en el rodaje fue conocer a la madre de Monroe por primera vez en el hospital. Me entró el pánico. También era la primera vez que todo el mundo iba a oírme hablar. Estaba muy cohibida.“

“Cuando estrenamos la película en Venecia, o en San Sebastián, la reacción fue mucho más cálida que la recepción en Estados Unidos. Por supuesto, la reacción que más llama la atención es la de Estados Unidos, pero esa no fue toda la experiencia. Es duro escuchar estas reacciones, pero siempre puedes volver a lo que viviste, y a por qué lo hiciste, y a las razones por las que te atrajo el proyecto. Eso no va a cambiar. Tienes al director y a otros actores con los que siempre puedes hablar. Por muy duro que sea oír que a la gente no le gusta tu película, es lo que es. No es una película que se haya hecho para gustar a la gente. Es una película difícil de ver.“

“No creo que la película hable mal de Marilyn en absoluto. Creo que es todo lo contrario. Creo que habla mal del medio ambiente y de la industria, y eso es algo difícil de tragar a veces para otras personas del sector. Creo que la película también hace que el público se sienta partícipe. Contribuimos en su momento, y seguimos contribuyendo, en la explotación de los actores, de la gente de cara al público. Nosotros, el público, lo hacemos. Y creo que es posible que algunas personas hayan sentido que alguien les señalaba con el dedo.”

Fuente: The Hollywood Reporter