Reseña de The Copenhagen Test: Simu Liu y Melissa Barrera destacan en un inteligente y retorcido thriller de espías con un atractivo giro de ciencia ficción

El género de espías ha sido durante décadas uno de los más sólidos y explotados del cine y la televisión, dando vida a franquicias icónicas como James Bond, Jason Bourne y Mission: Impossible, además de series memorables como 24, The Americans, Killing Eve o Slow Horses. Su éxito se explica por una fórmula irresistible: personajes carismáticos, brillantes y peligrosos que se mueven por escenarios internacionales enfrentando amenazas constantes. Sin embargo, ese mismo éxito plantea un desafío evidente: casi todo ya se ha contado. The Copenhagen Test, la nueva serie de Peacock creada por Thomas Brandon, encuentra una forma efectiva de refrescar el género al introducir un componente de ciencia ficción cercano y perturbador, construyendo un relato ágil, lleno de tensión, giros narrativos y acción bien dosificada.

Alexander Hale (Simu Liu) es un analista chino-estadounidense de primera generación que trabaja para una misteriosa agencia de inteligencia conocida como el Orfanato. Aunque su deseo es convertirse en agente de campo, descubre que ha sido intervenido con una tecnología experimental capaz de transmitir todo lo que ve y oye. En esencia, se convierte en un dispositivo de vigilancia humano. La agencia no está completamente segura de que Hale desconociera este implante, pero decide mantenerlo activo para descubrir quién lo colocó y con qué intención. El origen del conflicto se remonta al llamado Test de Copenhague, una misión crítica en la que Alexander debió elegir entre salvar a una mujer estadounidense llamada Michelle o a un niño no estadounidense en una zona de alto riesgo. Michelle, interpretada por Melissa Barrera, es luego asignada como su supervisora y pareja encubierta, dando inicio a una relación cargada de tensión, ambigüedad emocional y desconfianza.

The Copenhagen Test se distingue al presentar un conflicto donde el espionaje no solo amenaza la vida del protagonista, sino que invade por completo su privacidad, convirtiendo cada misión en una lucha interna contra el control absoluto y la vigilancia constante.

Como buena serie de espías, la historia está poblada de enemigos ocultos, alianzas inestables y operaciones clandestinas. La idea de una organización que observa y controla a otras agencias de inteligencia añade una capa interesante a un terreno conocido, mientras que el uso de nanobots que transmiten datos sensoriales resulta inquietantemente cercano a la realidad tecnológica actual. Estos elementos se integran con claridad, generando giros efectivos que mantienen la coherencia narrativa, aunque uno de los grandes reveles se resuelve con demasiada rapidez. Aun así, deja una base sólida para una posible expansión del universo de la serie.

Simu Liu ofrece una actuación convincente como Hale, equilibrando inteligencia analítica y capacidad física. Su experiencia previa en el cine de acción se nota en escenas de combate intensas y creíbles. Melissa Barrera complementa perfectamente su trabajo, construyendo a Michelle como un personaje carismático, emocionalmente complejo y deliberadamente ambiguo. La química entre ambos sostiene buena parte del interés dramático, mientras que el reparto secundario aporta solidez y matices al mundo del Orfanato, destacando la presencia de Saul Rubinek como el confidente más cercano de Hale.

La relación entre Hale y Michelle funciona como el corazón emocional de la serie, mezclando romance, manipulación y desconfianza en un delicado equilibrio donde nunca queda claro quién dice toda la verdad.

La serie no está exenta de debilidades. Algunos aspectos del pasado y la identidad de los protagonistas se insinúan sin desarrollarse plenamente, lo que deja la sensación de que ciertos conflictos personales pudieron explorarse con mayor profundidad. Sin embargo, la narrativa general se mantiene firme, logrando un balance efectivo entre entretenimiento, lógica interna y construcción de personajes.

The Copenhagen Test demuestra que el género de espías aún puede reinventarse cuando combina ideas de ciencia ficción plausibles, protagonistas carismáticos y una narrativa que prioriza el suspenso sin renunciar a la emoción.

En conjunto, The Copenhagen Test es un thriller atractivo y moderno que aporta frescura a un género saturado, apoyándose en una premisa inquietante y actuaciones sólidas para ofrecer una experiencia tensa, dinámica y con suficiente personalidad para destacar.