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Hedda: el drama de Tessa Thompson que moderniza un clásico, pero no logra brillar en Prime Video

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Nader Castillo

octubre 28, 2025

Tessa Thompson regresa a la pantalla con Hedda, una nueva versión de la obra clásica Hedda Gabler de Henrik Ibsen, dirigida por Nia DaCosta, cineasta conocida por dar giros modernos a historias conocidas. La película, que llega a Prime Video el 29 de octubre, promete una mirada contemporánea sobre el deseo, el poder y la autodestrucción, pero su ambición supera su ejecución.

Nia DaCosta: la directora que reinventa lo clásico

Nia DaCosta ha demostrado tener un talento especial para reimaginar proyectos con una voz fresca. Su versión de Candyman (2021) combinó terror y crítica social, mientras que The Marvels (2023) apostó por la ligereza en un universo de superhéroes cada vez más sombrío.

Con Hedda, la directora se atreve con uno de los textos más emblemáticos del teatro del siglo XIX, trasladando la historia a una única noche: una fiesta cargada de tensiones, ambigüedades sexuales y celos. La propuesta es ambiciosa, pero el resultado deja sentimientos encontrados.

Foto vía Prime Video

Una protagonista hecha para el caos

Desde su primera escena, Hedda deja claro que no será una adaptación tradicional. Tessa Thompson interpreta a Hedda Gabler, una mujer recién casada que parece disfrutar desatando el caos a su alrededor. En su lujosa casa, organiza una fiesta para celebrar su matrimonio con George Tesman (Tom Bateman), pero su verdadera intención es manipular, provocar y, en última instancia, incendiar emocionalmente a todos sus invitados.

Entre los asistentes destaca Eileen Lovborg (Nina Hoss), una ex amante de Hedda y rival profesional de su esposo, cuya llegada desata tensiones de deseo y resentimiento. La película explora cómo el control, el deseo y la frustración se entrelazan en una noche que termina con un disparo y muchas máscaras caídas.

Una adaptación moderna con luces y sombras

El guion de DaCosta moderniza el texto original con aciertos —como el cambio de género de ciertos personajes y la incorporación de una mirada queer—, pero también tropieza al intentar equilibrar lo clásico y lo contemporáneo. A pesar de su elegante fotografía y su deslumbrante diseño de producción, Hedda carece del pulso emocional necesario para mantener su intensidad.

Tessa Thompson ofrece una interpretación magnética, aunque distante, y su acento británico no termina de convencer. Su Hedda es un agente del caos más que una figura compleja, lo que reduce su impacto emocional.

Por otro lado, Nina Hoss se roba la película: su Eileen es poderosa, humana y trágica, representando todo lo que la cinta promete pero no siempre logra alcanzar. Cada una de sus escenas tiene una fuerza que recuerda por qué Ibsen sigue siendo relevante más de un siglo después.

Un experimento visual que no termina de cuajar

La dirección de DaCosta mezcla elementos teatrales con una estética moderna, al estilo de Baz Luhrmann: música anacrónica, cámara en movimiento constante y un diseño sonoro que busca el impacto. Sin embargo, el resultado a veces se siente más llamativo que significativo.

El trabajo visual de Sean Bobbitt (12 Years a Slave) y el diseño artístico de Cara Brower y Andrew Ackland-Snow dan vida a un entorno fascinante, pero el guion no profundiza lo suficiente en sus personajes ni en los temas que plantea: el poder, el deseo y la autodestrucción femenina.

Foto vía Prime Video

Un baile elegante que pierde el ritmo

Al final, Hedda es una propuesta interesante que no logra equilibrar sus ideas. Es visualmente hermosa, conceptualmente audaz, pero emocionalmente distante. Nia DaCosta ofrece destellos de genialidad, y Tessa Thompson aporta presencia y carisma, pero la película no consigue la coherencia que su ambición promete.

Aun así, Hedda vale la pena por su intento de revivir un clásico con mirada contemporánea y por el magnetismo de Nina Hoss, quien convierte cada escena en un pequeño duelo emocional.

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